Los centuriones romanos trataban con dureza a sus hombres, pero eran los primeros en atacar, y también en enfrentarse a la muerte cuando el enemigo no daba cuartel. En estos soldados descansaba el poder militar de Roma

Los centuriones de la Antigua Roma eran escogidos entre los demás oficiales por destacar en cuanto a dotes de mando, conocimientos tácticos y estratégicos, su resistencia y su templanza para dar órdenes.
Se encargaban del mando de una centuria, unidad de ejército que comprendía a 80 hombres y no 100, en contra de la creencia popular según la cual el centurión adquiere su nombre por tener bajo su cargo a un centenar de hombres.

Las centurias pertenecían a agrupaciones conocidas como cohortes. Los centuriones dirigían las centurias y, a su vez, formaban parte de una jerarquía en el seno de cada cohorte. Para diferenciarse del resto de los miembros de la milicia, los centuriones utilizaban un uniforme particular que incluía armadura, túnica blanca, protectores en las piernas y un casco con cresta. Además disponían de bastón de mando y, a diferencia de los soldados comunes, portaban la espada en el sector izquierdo del cuerpo.

Centurión, por otra parte, es la denominación de un carro de combate creado en Inglaterra a mediados de la década de 1940. Estos vehículos fueron utilizados durante casi medio siglo y participaron de diversos enfrentamientos bélicos.
